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Nuestro despacho se caracteriza por el trato personalizado y la confianza, donde lo que priva es la garantía de profesionalidad y por tanto el compromiso, por eso nuestro rigor huye del alargamiento innecesario de los temas y nuestro asesoramiento, teniendo en cuenta las consecuencias, no siempre coincide con lo que inicialmente el cliente quiere oír, si no lo que se desprende de un estudio serio.
Así nos hemos mantenido durante más de 40 años, donde la confianza que nos han hecho los clientes nos ha permitido seguir siendo como somos.
Los avances tecnológicos, ciertamente son una ayuda para buscar cosas concretas, pero nunca podrán sustituir el esfuerzo y la capacidad de involucrarse en los problemas de los demás.
Ya han pasado los tiempos donde el abogado sabía de todo, luego viene el libro «el Abogado en casa» y ahora, «busque la solución en Google»; podemos ya preguntarnos ¿si el ordenador evitará los pleitos y dictará sentencias?
Es absolutamente necesario conocer los antecedentes con todo detalle de cualquier situación que pueda convertirse en conflicto, ya sea individual o colectivo y por ello, teniendo por norma el trato personalizado, se pueden conseguir resultados altamente satisfactorios.
Es por ello y después de tantos años de profesión, que podemos presumir de más de dos tercios de objetivos cumplidos. Hemos atendido a 3 generaciones, la legislación laboral que se estancó desde la Ley de Contrato de Trabajo de 1944 hasta la Ley de Relaciones Laborales de 1976 y hoy el Estatuto de los trabajadores, dio un cambio espectacular con reformas en todos los ámbitos, y habrá más a corto plazo en un proceso imparable y dinamizador, pero si se dan los requisitos apuntados en el anterior párrafo, los resultados obtenidos hacen que no cambiemos nuestro modo de actuar.
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